El aspirante a normalista Antonio, de apenas 19 años de edad, originario de Aranza, municipio de Paracho, herido de gravedad el domingo pasado al caer de un autobús en marcha, se preparaba apenas ingresar a la Normal de Tiripetío pero debía “acreditarse” el curso de “inducción” no oficial que organiza la dirigencia estudiantil del plantel como una forma de determinar quiénes sí “tienen cualidades”.
Antonio se encuentra sumamente grave, internado en un hospital y su futuro depende de la evolución que tenga la operación en la cabeza practicada por los especialistas. El pronóstico es reservado, lo que podría significar que el sueño del joven de ser maestro pueda tener alguna alteración.
Junto con otros 139 compañeros, Antonio tuvo que participar obligadamente en el curso de “inducción” cuya parte final era salir a labores de “volanteo” y “boteo” sobre la carretera Morelia-Pátzcuaro, para lo cual debían hacer detener a los vehículos que por circulaban la tarde del domingo.
Se trata de un curso no oficial porque el de conocimientos académicos, el que aplica la autoridad educativa, lo había acreditado sin mayores problemas.
Ahora, con Antonio sumamente grave y con la opinión pública señalándoles, los dirigentes de la Escuela Normal de Tiripetío responsabilizan de los hechos a la línea de autobuses P’urhépecha y hasta pretenden que le sea retirada la concesión.
En ningún momento admiten que con sus cursos de “inducción” que incluye rapar a los jóvenes, han propiciado este accidente que tiene muy mal herido a Antonio.
En conferencia de prensa ofrecida la mañana de este martes, representantes de escuelas normales trataron de responsabilizar a los medios de comunicación de informar alterando la realidad.






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