Fue tal la urgencia de aspirantes a congresistas nacionales de MoReNa de ganar que recurrieron a las mapacherías de las que decían huir; llevaron acarreados a las mesas de votación, ofrecieron dinero a cambio del sufragio, recurrieron a las promesas de ofrecer posiciones y hablaron de la “fiesta democrática” solo por ellos vista. En tanto, los idealistas del Movimiento tronaron contra el viciado proceso.
En los centros de votación como el estadio Morelos de Morelia se observó la excesiva mano mapacheril: camiones y combis llevando a votantes que en la mayoría de los casos no sabían por quién había que votar.

“No traigan a MoReNa las prácticas que llevaron al basurero de la historia a sus partidos”, señaló la actual secretaria del Bienestar en Michoacán, Carolina Rangel Gracida, ante el evidente acarreo observado en torno al proceso.
Otras voces, como la diputada Eréndira Isauro Hernández tronó contra el “cochinero” en el que fue convertida la jornada de votación: “denunciamos tantas irregularidades.. es una tristeza que nuestro movimiento se esté manchando por tantos que quieren aprovecharse de nuestro Movimiento”.

En tanto, hubo declaraciones llenas de demagogia y mentira como la de Giuliana Bugarini que no tuvo empacho en hablar de la “fiesta democrática en la que participaron todos los que desean fortalecer nuestro Movimiento”.
En términos generales todas las regiones del Estado y de Mexico, tuvieron la característica del uso excesivo de las prácticas mapacheriles que forman parte del folclore de las fuerzas políticas nacionales.

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