En medio de su peor crisis en materia de seguridad pública, lo que ha provocado la intervención de los gobiernos Federal y Estatal para corregir la plana a una desorientada Policía Morelia, la capital de Michoacán, la antigua Valladolid, llega hoy al 482 aniversario de su fundación, sin un eje establecido en materia de obras públicas, para dar soporte a su desordenado crecimiento.
Nunca antes, en la historia de Morelia se había tenido un clima de inseguridad como el actual, donde robos, asaltos en la vía pública a cualquier hora del día, ejecuciones y venta indiscriminada de drogas, dan marco a la festividad por aniversario de la ciudad que lleva su actual nombre en honor a su hijo más distinguido: José María Morelos y Pavón.
Derivado de la inacción de la Policía Morelia, cuyo titular, Alejandro González Cussi, se niega rotundamente a acreditarse antes las instancias estatales y federales para demostrar que tiene un desempeño honorable y que está alejado de cualquier interés externo.
La ciudad navega también en la mar del desorden provocado por el crecimiento desordenado, lo que ha dado paso a problemas ya palpables en distribución de agua potable para las casi mil colonias donde hay una población que fluctúa sobre el millón de habitantes.
El programa de obras que ejecuta la administración municipal obedece más a un plan de obras de “relumbrón”, donde sin un plan rector que ponga orden al crecimiento, concentra su estrategia en la remodelación de áreas jardinadas que no obedece a un plan bien definido para la resolución de problemas específicos en colonias con falta de servicios.
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