Laura Ximena Salazar Bermúdez
Este domingo, los mexicanos acudieron a las urnas en una jornada electoral que marcará un hito en la historia del país : la elección de la primera mujer presidenta de México. Desde las primeras horas de la mañana, el ambiente en todo el territorio nacional se caracterizó por una notable participación ciudadana y una atmósfera de entusiasmo y responsabilidad cívica.
Desde antes del amanecer, largas filas comenzaron a formarse en los centros de votación. Familias completas, jóvenes y adultos mayores, todos se levantaron temprano para asegurarse de ejercer su derecho al voto. La energía y el compromiso con la democracia eran palpables, mientras los ciudadanos se disponían a depositar su sufragio.
En las casillas especiales, destinadas a los ciudadanos que se encontraban fuera de su lugar de residencia, se observó una alta afluencia de votantes. Estos electores, quienes por diversas razones se encontraban lejos de sus domicilios registrados, mostraron un compromiso ejemplar con el proceso democrático. A pesar de las largas esperas y la logística complicada, la mayoría de ellos expresó su satisfacción por poder participar en este momento histórico.
« Es un deber y un privilegio votar, especialmente en una elección tan significativa como esta, » comentó una estudiante que votó en una casilla especial en Ciudad de México, lejos de su natal Guadalajara.
Las elecciones del domingo no solo se recordarán por la alta participación ciudadana y el ambiente de responsabilidad y entusiasmo, sino también por haber sentado un precedente histórico con la elección de la primera mujer presidenta de México. Claudia Sheinbaum, le espera un camino largo para llenar expectativas que hoy el pueblo tiene. Este día será recordado como un símbolo de progreso y un testimonio del poder del voto en la construcción de una nación más inclusiva y equitativa.
