Este 1 de diciembre se cumplen 30 días del asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, el presidente municipal de Uruapan, quien impuso un nuevo estilo de gobernar, con manifestaciones expresas de rechazo contundente a la corrupción y un reto directo a los grupos delictivos que operan en la llamada capital mundial del aguacate.
Fue la noche del 1 de noviembre pasado, cuando en pleno Centro Histórico de Uruapan Carlos Manzo cayó abatido por la descarga de 7 impactos de bala salidos de una pistola Pietro Beretta de fabricación italiana, para dejar mal herido al edil, quien no pudo sobrevivir al atentado, orquestado con toda una planeación controlada a través de mensajes de WhatsApp.

Veintidós segundos después del último disparo contra Carlos Manzo, llegado a ser referenciado como el “Bukele mexicano”, se dio la primera muerte de un grupo de tres participantes materiales en el crimen. Ahí, a uno metros del edil, fue abatido Víctor Manuel “N”, de apenas 17 años de edad, quien ya desarmado fue abatido sin que se comprenda por qué del procedimiento de eliminar al detenido.

Nueve días después fueron encontrados, a un costado de la carretera Uruapan-Paracho, los cuerpos de dos jóvenes que después se supo fueron Fernando Josué y Ramiro, quien habrían participado en la operación para acabar con la vida del munícipe. A ambos jóvenes, quien al igual que el tirador habían sido reclutados desde el interior de sendos centros para el tratamiento de adicciones, los silenciaron.
Vino después el arresto de Armando “N”, “El licenciado”, ubicado en el Centro Histórico de Morelia -a 80 kilómetros del sitio donde fue ultimado el también ex diputado federal Carlos Manzo-. Al detenido se le señala como el autor intelectual del asesinato y se encuentra internado en el penal de “El Altiplano”, municipio de Almoloya, Estado de México.

El 21 de noviembre fueron detenidos 7 custodios del presidente municipal, bajo la acusación de comisión por omisión. Ellos se encuentran privados de su libertad en el CERESO “Mil Cumbres” del municipio de Charo, a 18 kilómetros de Morelia.
Se determinó que un octavo escolta, el coronel en retiro José Manuel “N”, quien alcanzó a darse a la fuga, instantes antes del operativo que condujo a la aprehensión del resto de sus compañeros.
Posteriormente, el 24 de noviembre, fue detenido Jaciel Antonio “N”, “El pelón”, acusado de ser el reclutador de los tres jóvenes participantes en e crimen del 1 de noviembre.

Los 9 detenidos se encuentran vinculados a disposición de un juez de control; será en el lapso de los próximos tres meses cuando se vayan desglosando sus respectivos procesos.
Así ha transcurrido el primer mes del homicidio del impulsor del movimiento del sombrero, Carlos Manzo Rodríguez, con varias dudas por resolver y con el pendiente de localizar a más implicados, principalmente otros autores intelectuales del crimen que conmovió a México, pero también movió conciencias en torno a la necesidad de poner un alto a la delincuencia que, organizada a o no, es decir, en cualquiera de sus manifestaciones tiene al país en uno de sus momentos más difíciles.





