Al menos una decena de ocasiones mencionó Alfredo Ramírez Bedolla al prócer michoacano Melchor Ocampo, en la ceremonia de toma de posesión, con lo que dejó entrever su admiración al llamado Filósofo de la Reforma.
Desde el inicio de su discurso, el nuevo gobernador de Michoacán evocó a quien en enero de 1947 ordenó la reapertura del Colegio de San Nicolás, para hacer referencia al proceso electoral que condujo al Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) a la gubernatura: “En los últimos meses han intentado de todo para detenernos, intentaron arrebatarnos nuestros derechos democráticos y el derecho del pueblo a decidir sobre el destino de nuestro glorioso Estado de Michoacán de Ocampo; ¡pero no lo lograron! ¡no nos doblamos!
Más adelante, en otra parte de su documento, Alfredo Ramírez dio la razón de su admiración por quien fue considerado uno de los principales consejeros de Benito Juárez: “don Melchor Ocampo, tantas veces citado y evocado por nuestra historia y tan poco reconocido por sus logros como gobernador y por su amor incondicional a nuestra UMSNH, es y será inspiración y guía de nuestras buenas acciones y de nuestro buen gobierno”.
Al referirse a la riqueza cultural de Michoacán y hacer referencia a los apoyos que su naciente administración dará a sectores como el artesanal, Bedolla expuso: “Como lo decía Melchor Ocampo: … ¡Tienes la tradición de los pueblos más cultos de este continente sembrado de las colosales ruinas de su tesón! ¡Tienes la aptitud para las artes y el trabajo de tus razas indígenas! Tienes el desprendimiento y la imaginación de la raza latina que se cruzó en ella… tu posición geográfica entre la civilización cristiana y las civilizaciones de Asia, harán de ti, no la señora del mundo, que el mundo ya no sufre señores, sino el emporio del comercio, de la riqueza y la bienandanza. Serás el país por excelencia, en que la variedad de climas y belleza del cielo, a la infinita variedad de productos, se reúnan la magnanimidad, altas miras y brillante imaginación de los pueblos del mediodía, con la pureza de las costumbres, amor al trabajo, y el espíritu de incansable adelanto de los pueblos del norte…“
Prácticamente en el remate de su discurso que le llevó alrededor de 30 minutos, el nuevo mandatario expuso: “el gobierno que inicia hoy, es heredero de las luchas de los liberales del siglo XIX, que tiene en Melchor Ocampo a uno de sus máximos exponentes, así como de la fuerza transformadora del cardenismo histórico y también es parte del movimiento de transformación encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
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