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Mortales, los 31 puñetazos de Diego Urik, sobre el frágil cuerpo de Jessica

A la distancia, Diego Urik luce corpulento; es evidente que ha recurrido al ejercicio para mantener un cuerpo fuerte, más si jugaba fútbol americano, un deporte que ocupa de fortaleza entre quienes lo practican. Y fue precisamente la fuerza de los 31 puñetazos que el ahora feminicida descargó sobre el frágil cuerpo de Jessica, los que acabaron con su vida.

Los dictámenes periciales demostraron que la joven educadora murió a consecuencia de golpes que recibió, particularmente en la cabeza, sufriendo un traumatismo cráneo encefálico que, combinado con otras complicaciones, acabaron con su vida.

No hay punto de comparación entre el cuerpo de Jessica, delgado, frágil; con el de un Diego Urik, fuerte. Esa fue la gran diferencia, porque aún y cuando ella se habría defendido y produjo algunos rasguños en la espalda de su atacante, al final los golpes contundentes del fortachón hicieron su parte, para provocar la muerte de la jovencita.

Y es que sentado en la mesa de los acusados, en la sala de oralidad número 4 de la Unidad Especializada para Adolescentes y Adultos Jóvenes, Diego Urik deja mostrar la fortaleza de su cuerpo; misma fuerza que se observa en las fotografías que se conocen del acusado a través de las redes sociales, lo que da cuenta de la diferencia entre un cuerpo y otro, lo que al final provocó la triste muerte de la joven Jessica.

Esa fuerza mal aplicada de Diego Urik Mañón Melgoza, es la que le mantendrá en prisión un mínimo de 20 años y un máximo de 50, según lo determine el juez.

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